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Aventuras y desventuras de una Gran Cacho de Perkins

18/9/10

Hoy casi me muero

Hola assurdines!! no, no es que me haya caído por un precipicio ni que me hayan pegado ni nada de eso, no os asustéis. Ha sido un momento muy duro que ha resultado en... pero bueno, las historias assurdas se empiezan desde el principio:

pues estaba yo esta mañana de buen rollo y me he pensado que era un buen momento para volver a las andadas deportivas... he consultado los cursos de hoy en internet y mira tú, había clase de step a las 12... sin dudarlo ni un momento, me he preparado la mochilen en un periquete y me he dispuesto a salir de casa. Ya en la calle me he dado cuenta de que, entre otras cosas, se me había olvidado el móvil, pero bueno, de todas maneras en el deporte no lo iba a oir y tampoco es que tenga yo la vida telefónica de un jefe de Estado, así que...

He llegado, me he cambiado, he bajado bien armada con toalla y botellón de agua. Y me he encontrado con una profesora de step que no veas la caña que nos ha metido (hay que decir que toda chula y después de mucho tiempo sin pasarme, me he metido a step II, pq yo lo valgo) pero cuya cualidad más sobresaliente era estar... embarazada!!!!!! pero embarazadísima!!!!! y ahí la veías ni corta ni perezosa como bola del mundo dándonos mil vueltas a todos los demás (y digo todos, pq había dos tíos ahí con un saber estar dándolo todo), madre mía qué manera de saltar, subir, bajar, dar vueltas... y yo sin embarazo ni extras que no sean mis grasas acumuladas con amor todo este tiempo y con la lengua fuera.

Pero bueno, más o menos eso ha sido prueba superada. Me he subido al vestuario y con la escueta pero efectiva compañía de una toalla, el gel, el champú y la tarjetita con la que se entra, se sale, se cierran las taquillas, se pagan los extras, etc, es decir, LA tarjeta, he ido a ducharme. Después de la ducha y echando aún humo del jupe que nos había dado la Madre Naturaleza, me he dicho: "anda, vamos a relajarnos, por qué no!!" y me he metido en el saunismo mínimo que hay allí. Después de unos diez minutillos (que tampoco es plan de quedarse cual uva pasa) me he vuelto casi levitando de relajada que estaba hasta las taquillas, cuando ha empezado mi desgracia. Y claro, me he "desrelajao" inmediatamente.

Y es que al llegar a mi taquilla me la he encontrado abierta y, evidentemente como no podía ser de otra manera, mi mochila no estaba dentro. HORROR. Lo raro es que el abrigo y una sudadera aún seguían allí, pero se habían llevado todo lo demás, hasta la botella de agua medio vacía!!! eso me daba que pensar, pero claro, en esos momentos con el subidón de adrenalina que te entra empiezas a dar carreritas por todo el vestuario, a preguntar a todo el mundo, a hiperventilar... y te pones a pensar: a ver cómo voy yo a casa con la toalla, las chanclas y el abrigo por encima, llamo a un cerrajero con el móvil que no tengo, me identifico con el dni que me han robao y le convenzo de que me abra la puerta de la casa para la que no tengo llaves porque también se las han llevao... O llamo a S que está a dos horas en coche en casa de sus padres y le hago venir para que me recoja con el coche y me meta en casa a escondidas por la puerta de atrás, con el consiguiente buen humor que se le va a poner. O mismamente me quedo a vivir en el vestuario y me duermo metida en una taquilla hasta que alguien se digne a devolverme mis cosas, porque si no no salgo de allí...

Sumida en tan sombríos y atropellados pensamientos le he pedido a una de las chicas si por favor podía avisar a los encargados y ahí se ha personao a los 5 min uno de ellos. Le he explicado la situación en un alemán que dejaba bastante que desear (qué pasa, cuando una está al borde del ataque de nervios da igual la gramática en primer término, no?) y el muchacho, sorprendentemente tranquilo, va y me dice si le puedo decir el número de la taquilla. Yo le digo que sí, que era el 518, y me pide que le deje mi tarjeta, LA tarjeta, para comprobar una cosa en el pc. Yo se la doy, no sin antes informarle de a qué hora ha pasado todo, y él se va con la promesa de que la vamos a encontrar mientras yo me quedo en estado de shock con cara de assurda, con mi toallita y mis chanclas, esperando en el pasillo, a la vez que todas las muchachas que se están cambiando en ese momento comentan cómo está la vida y qué fuerte que me haya pasado eso.

En un momento dado vuelve el chaval, me da mi tarjeta y me dice, para mi asombro, que pruebe a abrir con esa tarjeta la taquilla de al lado. Vamos a ver, qué pasa, que tienen una taquilla de emergencia para estos casos y si te roban te puedes quedar lo que tiene dentro??? Pero yo sin rechistar y un poco como en un mundo paralelo me voy corriendo a la taquilla 520 y pruebo a abrirla y - oh milagro - hace "click" y se abre. Pero lo mejor es que dentro están alli mis zapatillas, mi ropa de hacer gimnasia, mi mochila e incluso la botella de agua a medio terminar!!!
MADRE MIA.

O sea, que he sido tan assurda, por no usar apelativos que no quisiera dejar publicados por escrito, de meter todas mis cosas en otra taquilla al cambiarme y no darme cuenta de que no era donde las había metido al principio... amos, que tiene narices. Después de darle las gracias cinco o seis veces al chaval, he tenido que contar la historia por todo el vestuario a las asombradas muchachas (yo con ganas ya de confesar que es que me medico y a veces no surte efecto, o algo así) y, lo que es mejor aún, salir con toda la entereza que he podido, una vez me había vestido, y pasar por donde están los chavales que se encargan de esto, entre ellos el que me había ayudado.

Pero bueno, después de todo, me intento centrar en las cosas positivas de este asunto, que son: 1. no me han robado nada ni he tenido que ir en pelouts por media ciudad ni tirar mi puerta abajo, y 2. no debe de ser la primera vez que pase esto, porque el chico no ha tenido que pensar ni un momento qué podía hacer y se ha puesto a comprobar en el pc qué taquilla había yo cerrado con mi tarjeta... o sea, que no soy yo la única loca en Bochum, no, que hay más...
Jomments:
Pues bien, hermana mía, después de leer esto tengo que decirte, sin ánimo de ofender, que el deporte no es tan malo siempre y cuando sepas dónde dejas las "cosas", y es ahí donde creo que está el mayor problema. Piénsalo. Besos mil.
TR
 
uuuuys, miiiira... la que sabe "siempre" dónde deja todas sus "cosas"...
 
Debe ser que estaba muy ambientado sobre La Circunstancia Propia de la protagonista, porque según lo leía, me daba la sensación de leer el día a día, vamos, lo más normal del mundo. Bueno, salvo por lo del deporte ;op
Terron
 
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
 
A mí me pasó algo muy parecido:
me dejé las gafas dentro de una taquilla que fue luego usada por otra persona.

Tanteé hasta la entrada del polideportivo y le lloré un rato a la Señora de cartón de la oferta de la sala de Rayos UVA.
 
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