<$BlogRSDUrl$>

Aventuras y desventuras de una Gran Cacho de Perkins

22/8/04

¡¡Hola, mis assurdines!!
Vamos a ver. Hoy no os voy a jomentar lo que he hecho en este último mes, ya que fuera de currar, comer, beber y otras cosas, de las que seguidamente hablaremos, no he hecho gran cosa. El semestre se acabó con más o menos éxito, y los chavalines han vuelto la gran mayoría a sus casas a celebrar sus notas con sus papis (¡ejém!) o se han ido de vacances, asín que esto está más que muerto... los high-lights de la jornada son ir a por un helado al Uni Center (ajkasos 10 minutos a piese de aquí) o tomar una cervecita en el balcón. También jugamos una vez al Trivial alemán, en el que por supuesto no tuve ni idea de ná, pero con todo y con eso hubo 2 que al final tuvieron menos quesitos que yo... amos, en fins, que mi vida es currar y quedar con mis chiquitines, ná del otro mundo...
Lo que quiero jomentar hoy es una profunda reflexión acerca del estreñimiento. Y es que muchas gentes sufrimos este mal en el mundo, y para ellos va este monólogo (lo siento, chicos, cuando alguien me diga cómo se introduce aquí una sección de jomentarios por supuesto podréis participar, pero hasta entonces aqui me tenéis, yo solita con mis assurdeces), ya que son los únicos en el mundo que me comprenden (el resto, por favor, no sigáis leyendo, que esto se va a volver un pelín ejkatológico...). Y es que acabo de perder media hora de mi vida en el cuarto de baño (estáis avisados, aquí empieza el tema), que multiplicada por todas las veces en que no puedo, me cuesta o inclusive me veo martirizada por semejante problema, pues hace días enteros de sufrimiento en posición fetal. Y digo yo: ¿y la de cosas q se piensan mientras uno está ahí, "concentrándose"?
Y es que yo hace años descubrí que si me imaginaba historias, al final venía la inspiración de mi vida y ¡zasca! esa alegría para la que no hay palabras, casi comparable a momentos de felicidad máxima que seguro que todos vosotros estáis pensando... Así que me imaginaba que mi cuarto de baño era el mar, y había un barquito flotando... o salían los Diminutos del grifo del vidé (habíais escrito antes esta palabra? ¿estará bien escrita?)... o existían criaturas mucho más pequeñas, a nivel de minipartículas, para las que mi cuarto de baño era el universo y pensaban que no había nada más allá... Hasta que de repente descubrí con asombro que leyendo todo el proceso era mucho más rápido, así que ahí me teníais leyendo todas las etiquetas de cualquier cremita o gel que cayese en mis manos, todos sus componentes, e incluso podía compararlos y pensarme si podría escribir la fórmula de semejantes compuestos... y sí, surtía efecto y muchas veces no podía llegar a este último paso, con lo cual mis notas en química no sufrieron el más mínimo cambio...
Ahá, pero hete aquí que llegué a esta residencia, donde no había nada que leer salvo las postales innumerables que cuelgan de las paredes, todas ellas de publicidad de productos que en muchos de los casos no se sabe muy bien qué pueden ser, pero con algunas te ríes mucho. La cuestión (que me he ido del tema, que todo esto era introducción) es que en nuestro actual retrete no hay dichas postales porque me he cambiado a una planta recién renovada y esa decoración del cuarto de baño es el resultado de largos años de recolección estudiantil... con lo cual, en este lugar con paredes de un inmaculado blanco, lo máximo que a veces puede captar tu atención en las largas horas de espera es alguna araña, si tienes suerte, que se haya colado por ahi, pero entonces se te quitan las pocas ganas que pudieras tener, claro.
Por ello, he desarrollado una técnica nueva y revolucionaria de concentración para una expulsión residual efectiva y no demasiado traumática: pensar en el cuarto de baño ideal para sufridores como yo. Molaría, por ejemplo, poner asideros. No he decidido todavía si un par de ellos a ambos lados del retrete serían mejores que si los ponemos en el suelo, delante, para forzar la posición... o poner una mesita retráctil o de esas que se doblan como en algunas sillas de la universidad, de forma que te llevas algo para escribir y puedes pasar las historias que te inventas en esos largos lapsos de tiempo al papel, hacer deberes, escribir cartas... me ahorraría un montón de tiempo, no creáis... O incluso instalar un pequeño ordenador, o un juego de play station que te obligue a hacer esfuerzo con los abdominales... yo qué sé, lo mismo el buscaminas vale. Quizás una música adecuada, aunque no se me ocurre qué tipo de música podría ser. Podría haber baños con internet para chatear. O con tele, con documentales...
Bueno, pues eso, que he estado un buen rato de mi vida pensando todas estas assurdeces, y quería compartirla con vosotros, mis queridísimos compañeros de fatigas, aunque sean de este tipo. Un beso ;) Hasta la próxima.
Maribel.
PD.: Si este texto ha sido demasiado, por favor ruego que alguien me escriba y me lo diga con toda sinceridad, y procuraré contenerme la próxima vez que vuelva del cuarto de baño... Tenéis que tener en cuenta también que es tarde por la noche, que tengo ya una edad en la que las neuronas patinan mucho más frecuentemente de lo que uno quiere, que no pienso releer este texto porque lo mismo me da por no publicarlo, que he tomado vino para cenar...

This page is powered by Blogger. Isn't yours?