<$BlogRSDUrl$>

Aventuras y desventuras de una Gran Cacho de Perkins

21/8/06

Lo que nunca decimos, lo que nunca escribimos...

Si, soy lo peor. Os he dejao meses y meses sin post. Siejke...

Tenía pensados ya un par antes que esto, pero es que estoy entrando en una fase otoñal. No tiene nada que ver que sea agosto aún, pues en estas latitudes lleva siendo otoño ya unas semanas. Pero yo no lo quería aceptar, claro. Hasta ahora. ¿Y por qué justo ahora, este día tan poco... destacado? Pues porque me ha dado ese tic de melancólica reflexión, un poco (un mucho, diría la personilla racional tan poco desarrollada y tan oprimida en mí) determinada por mi estado de ánimo tirando a bajillo, tan característico del final del verano, al menos en mi assurdez (lo mismo en la vuestra no; en ese caso, ¿cuándo os da a vosotros?Porque alguna vez os dará, digo yo, no voy a ser yo la única... ¿no?... ¿NO?).
El caso es que me he puesto a pensar en cuántas cosas no enviamos, una vez escritas, a su destinatario. Esto ha sido justamente chateando, pues la técnica ha abarrotado nuestros días de mensajes instantáneos y de bits y de virtualidades. He intentado recordar todas esas frases que he borrado inmediatamente después de escribirlas, en mitad de una conversación por messenger. Y quizás no fueran cosas muy importantes o determinantes en mi relación con la persona con la que estaba hablando en ese momento, pero... ¿y cuando sí lo han sido? ¿Qué habría pasado si las hubiese mandado, todas esas frases condenadas?¿Y qué tipo de frases no me han sido otorgadas a mí? ¿Qué frases habremos dejado todos colgadas por el camino en estas conversaciones, ahi tiradas entre los bytes y el menú de opciones...? Yo sé que algunas eran bien importantes, como algún "te quiero" o "te echo de menos". También ha habido su buena porción de "no quiero perderte" o "quisiera hablar en serio contigo" o " me estás haciendo daño" o "no sabes lo mucho que te voy a echar en falta". Y la persona quizás lo sepa, pero quizás no; no obstante, una vez que uno lo lee en su pantallita, no sé por qué, le parece que un comentario así sin que venga a cuento está de sobra. Y qué fácil es entonces borrarlas de un tirón, ¿eh? Qué assurdas somos a veces, las personas. Luego están las típicas frases como "no te vayas", "vamos a dejarnos de rodeos" o incluso algún "eres sunnnnormal", que también los ha habido, con varias enes. Y ahora mismo me hubiese encantado escribir un par de las arriba mencionadas. Y alguna que otra, pero hay algo que me lo está impidiendo... en fins.
Todo esto me ha llevado también a pensar en todas las cartas que he escrito. Ha habido varias que he tenido que empezar un par de veces, y pasarlas a limpio y todo por haber metido la pata en alguna frase. Pero normalmente según nacen, así las mando. Sólo con una persona es ésta una regla estricta, porque siempre que escribe algo que no quería, pone una rayita encima pero siempre lo puedes leer, y es algo que es muy sintomático de su persona. Dice algo así como que le parece injusto borrar en las cartas porque cuando hablas ya no lo puedes borrar, y sus cartas son como si estuvieses hablando con él una tarde cualquiera sentados tranquilamente ante cualquier puesta de sol. Y es una gozada, por eso siempre respeto esta forma de "charlar" con todo el deleite, aunque a veces haya puesto alguna burrada ortográfica, jejeje. A todos nos pasan los lapsus, ¿no? (¿O habría que decir "Lapsi"? Estos alemanes me van a volver loca con sus latinesss...). En resumen, en las cartas no suelo hacerlo, eso de borrar, pero sí que hay muchas cartas que habría querido enviar que no he escrito. Pero esa es otra historia.
Después, inevitablemente he tenido que pensar en todas esas frases que se me han quedado colgadas de las cuerdas vocales, enredadas en ese nudo en la garganta que se me hace en conversaciones muy, muy emocionales. Uff, yo qué sé la de cosas más que habría dicho, y que me he repetido muchas veces después, debajo de la ducha o antes de poder dormir, estilo: "lo que tenía que haberle dicho es...", que es en esos momentos cuando se te ocurren las cosas más geniales que "tenías que haber dicho". Claro que probablemente estas frases entran en otra categoría diferente a las palabras que se te quedan atravesadas o enredadas en alguna parte del camino, que es la de palabras que no se te han ocurrido en el momento pero que no habría estado de más decir. La mejor de estas frases que yo recuerde, la escuché en una canción (como pasa muchas veces, qué típico, aaaargh!!) y me dejó asombrada de no haberla dicho nunca: "entretenerme en el recuerdo es el remedio que me queda de tu amor".
Pero volvamos a las palabras que no dijimos, aunque las tuviéramos en el momento preciso revoloteando por algún lugar de nuestra cabeza. Porque yo creo que he dejado pasar muchas veces las oportunidades porque se me han quedado palabras colgadas en la garganta. Aunque crea también que de los ojos se me saltaran ya muchas otras indecibles, en esos momentos, pero bueno, una siempre se queda a medias si no habla sin parar, sin respirar, hasta que lo ha dicho todo. A mí es lo que me pasa, pero sé que hay muchas personas que no lo ven así. Y por eso a veces incluso me callo aposta (a veces se convierte en un acto de clemencia, y todo). No, pero en serio, cuántas cosas no habremos dicho que hubiéramos dicho. Cuántos orgullos heridos o cuántas cobardías, o cuánta assurdez.
Probablemente, a cada uno de quienes conozco que lean esto, les habría querido decir una de estas frases. Es una lástima, pero al menos espero que sepáis cuánto os quiero. O cuánto os echo de menos ahora. O cuánta lástima me da no haberos escrito una de esas cartas... Aunque no venga a cuento ahora. Quizás esto nos sirva para soltar tales frases un día cuando hablemos. O no, pero ya lo sabéis.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?