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Aventuras y desventuras de una Gran Cacho de Perkins

29/10/04

Reflexiones sobre la evolución del "joven"

A raíz de lo que me pasó ayer me ha dado por pensar en la evolución de las edades del joven en relación a su predisposición a hacer fiestas de pijamas. Me explico: las diferentes fases por las que pasamos en nuestra juventud se ven reflejadas en cómo hacemos las fiestas de pijamas. Cuando somos pequeños son toda una aventura: un amigo o a lo sumo dos que se quedan en casa de un tercero a dormir, qué movida!! Uno sólo piensa en la diversión de poder jugar y jugar hasta las mil mientras los padres se piensan que está durmiendo. Además, el hecho de no poder hacer ruido porque si no nos pillan lo hace todo mucho más interesante, y hace que merezca la pena pasar por pequeños inconvenientes como no ver un carajo y chocarse con las cosas, o no poderle ver la cara al compañero cuando se le hace la tres-catorce... luego las risitas: uno dice una assurdez y ya todos un cachondeo... Entre susurros:

- "jijijijijiji"
- "jujujujujujujui"
- "Eh, jajajaa, déjalo ya, jojojojojo, que va a venir mi madre..."
- " Jajajajajaja, no puedorrrr, noooo, jajajaja, cállate ya que no me dejas"
- "jua jua jua, si eres tú, que no paras, jejejeje, jujujuuuu"

Y así hasta que los padres llegan, primero amigablemente preguntando que les pasa, y después hasta las mismísimas narices con amenazas, a imponer orden, silencio y ronquidos por doquier.

Después llega la época en la que el número de bellas durmientes aumenta, y empieza la época del marujeo: una se queda a dormir en casa de una amiga para ponerse al día de todos los cotilleos del momento y las más jugosas historias y confesiones: quién le gusta, a quien le daría un beso, por qué se fue tan enfadada en el último recreo, a quién odia a muette, la cantidad de veces que su enemigo mortal le ha hecho la puñeta, la última gamberrada que se hizo... Es una fiesta de pijamas del tipo: "esta noche no dormimos, eh?" y hala, toda la noche de cháchara. Naturalmente, siempre ayuda el hecho de que haya elementos externos que hagan que merezca más la pena quedarse toda la noche sin dormir, como por ejemplo una lluvia de estrellas o que haya muchachos en el balcón de enfrente, al lado, en la calle... Vamos, es la típica fiesta de pijamas del pavo.

Después se hace uno grande y eso ya no es suficiente: a lo de la fiesta de pijamas tiene que seguir necesariamente algo más, del estilo de: mis padres no están en casa y nos piramos de fiesta toda la noche, o mis padres no están en casa y somos novios, jejeje... Pero vamos, lo de quedarse a dormir en casa de uno tiene que tener un fin determinado y a poder ser oscuro para que cuaje, y si se hace sin nada de eso es por los viejos tiempos, y normalmente se pasa viendo pelis y comiendo, cosa que no está tampoco nada mal...

Luego uno ya es grande y medianamente independiente como para irse de fin de semana con los amigos, lo que a la fiesta de pijamas le deja bien poco del intríngulis inicial, porque de todas formas uno está a su bola todo el tiempo, sea por el día o por la noche, y si bien es verdad que la nocturnidad ayuda a las conversaciones interesantes y a los juegos prohibidos, tampoco es que uno se meta en tantas historias, sobre todo si se tiene planeado el día siguiente. Más bien es el momento de las risas, y eventualmente del alcohol...

Más tarde se organizan fiestas con un tema especial, porque ya se ha estado en tantas fiestas iguales que uno necesita comerse la cabeza con algo especial, y así surgen las fiestas de pijamas entre universitarios independientes, a los que les hace gracia comparar los disfraces de todo el mundo y verse distintos, es una oportunidad de enseñar las "gracias" que uno tiene de forma inesperada, y en este aspecto hay dos grupos bien diferenciados:
a) los más jóvenes, se visten de forma lo más sexy posible, con sus camisetas ligeras, sus pantalones cortos, sus batas orientales, etc... si no se atreven a enseñar demasiado, al menos aspiran a conservar su buena reputación e imagen ante el resto con toda la dignidad posible con pijamas normalitos, que no sobresalgan demasiado...
b) los más mayores, que o bien por haber hecho aquello ya más veces de lo normal, bien porque tienen más autoconfianza que los primeros y sus amistades están más bien determinadas (vamos, que ya les conocen), o bien porque ya no tienen "gracias" que enseñar y sería un tanto ridículo hacer como que sí, prefieren hacerlo todo lo más divertido posible y se ponen a hacer el payaso con los disfraces más inverosímiles.

Bien, en llegando a este punto, quiero relataros lo que me pasó ayer: había una fiesta de pijamas en la planta de las chicas nuevas, y claro, yo supuse que estaría lleno de gente por aquello de la carne fresca, la cerveza y demás, así que me apetecía disfrazarme en condiciones. Casualmente había heredado hace un tiempo un camisón de una ex-erasmus, de cuando se disfrazó para Halloween de la niña de El Exorcista, y que es lo peor que a una le pueden dar por un camisón: blanco, transparente, con una especie de babero bordado... horroroso. Así que me hice dos trenzas, me puse un gorro de plástico de los que las señoras mayores se ponen para no mojarse el pelo en la ducha (también heredado, no me digáis de qué, porque ni sé qué hace tal cosa en mi haber), una sábana bajera de relleno del culo, unas chanclas, un poco de colorete... y listo! super mona para la fiesta!! Y cuando bajé toda orgullosa de mi conseguido look, me encontré una fiesta llena llenísima de personas de la clase a), o que al menos hacían que lo eran, y me sentí como la única persona de la clase b). Y pensé para mi en esta clara evolución de las fiestas de pijamas, en la que no había caido hasta ahora... y esto es lo que quería compartir hoy con vosotros. Ejém!
Jomments:
Surdá tu blos moradín me se está haciendo un poquito estático, asije jomentanos algún facetismo mínimo de tu vida por las alimañas en sí.
 
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